“La última escuela que se creó fue la escuela N° 78 ‘Brazos Abiertos’ en el 2014. Las últimas fueron la N° 76 “Madre Teresa de Calcuta”, la N° 77 “Néstor Kirchner” y la N° 78 “Brazos Abiertos”, dijo a DIARIOJUNIO Julio Barrios, director departamental de escuelas de Concordia.
La primera y la última en la zona noroeste, la segunda en el barrio El Martillo. No obstante, Concordia siguió creciendo en la zona noroeste y hoy falta una escuela primaria y otra secundaria para cubrir la demanda de chicos que viven en los barrios Toyota, Agua Patito, Los Pájaros, parte del Constitución, etc. Barros sostuvo que están realizando un relevamiento de terrenos para poder ubicar un lote que sirva para esas futuras escuelas. Pero aquí se pone de manifiesto el otro problema: la carencia de inversión en materia edilicia. Miguel Stegbañer, secretario gremial de Agmer Concordia, indicó que durante la presidencia de Néstor Kirchner y de Cristina Fernández, se crearon escuelas secundarias con edificios propios. Y diferenció la creación de instituciones educativas con edificio de las que nacen sin un inmueble propio. El mejor ejemplo, justamente, son las últimas tres escuelas creadas en referencia a la 76, 77 y 78. “Están en barrios muy poblados. Se crearon, pero no con edificio propio”, dijo. Esas escuelas “funcionan en lugares done para nada debería funcionar una escuela”. “En galpones acondicionados, con divisores de durlock,”, en un contexto de precariedad enorme. Al mismo tiempo que el gobierno nacional suspende la obra pública y corta el envío de fondos para infraestructura escolar, las escuelas públicas se abarrotan de alumnos complejizando el proceso de enseñanza y aprendizaje. Paradójicamente, Barrios recalcó la importancia trascendental de la presencia del Estado para brindar educación en zonas desfavorecidas económicamente, intentando nivelar, al menos en las aulas, una sociedad de por sí muy desigual, tan polarizada, donde algunos tienen mucho y muchos no tienen nada.
inseguridad con la que se vive en el barrio”, acotó el funcionario. “Antes no pasaba eso. Iba el chico de los barrios -yo soy criado en un barrio- solo”, indicó.
Muchas veces, las cooperadoras escolares cuentan con la ayuda de padres que tiene trabajos temporales y, por ello, los recursos “son muy escasos” para poder realizar el mantenimiento. “Es todo muy complejo pero la educación debe estar presente en esos lugares desfavorables”, indicó. “Los discursos de que la educación debe estar primero deben ir acompañados de una acción concreta; más aun en los lugares desfavorables”, resaltó el Director Departamental.
Precariedad edilicia
Stegbañer apuntó a la explosión demográfica en la ciudad. Esto trajo aparejado, de acuerdo a la última ley de educación de la provincia, una demanda muy fuerte de construcción de edificios. “Acá están haciendo falta edificios que contengan la matrícula de nivel primario, secundario en las zonas más populares de Concordia, en el norte y en el noroeste”, mencionó. El gremialista sostuvo que no creía que hicieran falta más escuelas sino edificios en las que ya fueron gestadas para contener la demanda.
La escuela N° 76 funciona en una propiedad del Copnaf que le prestaron al Concejo General de Educación en Lieberman y Paula Albarracín de Sarmiento, barrio Parque. La N° 77 “Presidente Néstor Kirchner”, funciona frente a la empresa Egger, en Las Tejas. La N° 78 funciona en tres lugares diferentes: uno de ellos es un CDI (Centro de Desarrollo Infantil) municipal en el barrio “Los Pájaros”, en la zona noroeste de la ciudad. La matricula es muy numerosa. Entre las tres escuelas deben reunir más de 2.000 alumnos. “Ahí se necesita la construcción de los edificios escolares”, dijo Stegbañer.
En el caso de la escuela N°78, había un anteproyecto aprobado (“Están los planos del edificio”, dijo Stegbañer) y una planificación presupuestaria pero con el cambio de gobierno todo quedó congelado. “Es de público conocimiento que no se ha reactivado la obra pública en la provincia de Entre Ríos. Se recortaron todos los fondos que podrían llegar a venir para la construcción de escuelas. Ya no se giran más los fondos para infraestructura escolar”, dijo. Y además con los recursos propios, es muy difícil que una provincia comience a construir escuelas cuando se le cae la recaudación de recursos coparticipables. En tanto, Barrios indicó que a la N° 77 se le colocaron los pisos de baldosas a todas las aulas que eran de cemento portland. Además se repararon los vidrios.
Por otra parte, Stegbañer remarcó que el lunes pasado se suspendieron las clases en algunos establecimientos por las tareas de mantenimiento en la planta de Obras Sanitarias. Los problemas con el abastecimiento no son inusuales en muchas escuelas. De hecho, ratificó que con el suministro normal, muchas veces en épocas de verano, “no se alcanzan a abastecer los pocos baños precarios que tienen las escuelas”.
Asimismo, Stegbañer admitió que sí hace falta una escuela nueva, con su edificio propio, en el barrio de La Bianca. Las dos instituciones existentes, la N° 52 “Dos Naciones” y la N° 69 “Malvinas Argentinas”, están superadas de alumnos.
Por otra parte, el secretario gremial de Agmer Concordia sostuvo que las familias de clase media envían sus hijos a escuelas privadas o de gestión privada. Las familias más humildes no tienen esa opción y disponen de las escuelas públicas. Pero este año, debido a la crisis económica, muchos chicos se han traspasado de las privadas a las estatales, incrementando la matrícula escolar.
En definitiva, el cuadro revela un Estado ausente, no de ahora sino desde hace muchos años, en materia de inversión en infraestructura escolar en Concordia en las zonas mas carenciadas. Pero en la actualidad, se agrava todo ya que la Nación no sólo ya no construye escuelas sino que restringe fondos que impiden un buen ingreso salarial a los docentes como el Fonid. Hoy el gremio mayoritario de la docencia discute en San Salvador si acepta una oferta salarial de una Provincia que debe resolver la justa demanda pero con recursos cada vez más escasos. Una cuestión de la que el Ejecutivo nacional se desentendió por completo. El eje de la discusión se va corriendo cada vez más: de reclamar por escuelas en condiciones a saber si habrá clases la semana que viene de lunes a viernes. De esa forma, la función niveladora del Estado, en una sociedad cada vez más dispar, se va desdibujando en el horizonte.