ENTREVISTA ANTES DE SU LLEGADA CONCORDIA ESTE SABADO 23 DE NOVIEMBRE
Las instrucciones son precisas: cuatro preguntas por escrito a un mail misterioso. Andrés las responderá en algún momento, entre la carretera y los vuelos, con su laptop en la falda, mientras se toma unos mates con Sol y Lluvia, la yerba que lo acompaña todo el tiempo entre ensayos, pruebas de sonido y devenires.
El caso es que algunas semanas más tarde las mismas cuatro preguntas llegan con sus cuatro respuestas tipeadas con la lengua florida (y popular) de un auténtico torero de multitudes, cargando la suerte de una gira transoceánica que lo hizo recorrer buena parte de España y Latinoamérica y depositándolo en el Estadio Ciudad de Concordia este sábado 23 de noviembre al mando de una banda de forajidos que conocen bien el mandato del rock y los fuegos del vivo.
Lo que sigue es la conversación, que va de Saint Exupery a las fluvialidades y al Zelig de Woody Allen, sin escalas. Casi sin editar. Apenas algunas comas y algún acento. Todo lo demás es honestidad brutal.
por Carlos Rodríguez
CR / Llegas a una ciudad como Concordia que es cuna del imaginario de Saint Exupery para crear El Principito, bordeada por el Río Uruguay (aquel que el poeta Aníbal Sampayo ilustró como ‘el río azul que viaja’), misma latitud que el gran Juanele Ortiz también supo ilustrar desde la poesía… ¿Qué se siente recorrer tantos escenarios con un show como Agenda 1999 Tour y sentir que el legado de aquellas canciones guarda tanta universalidad para un oyente de Madrid, uno de México o un entrerriano que se crió entre la fluvialidad y el verde eterno?
AC / Me encanta el Litoral y conocer estas referencias literarias y fluviales. El correo aéreo, los sauces poéticos, el rio que no cesa. Me encanta la Argentina de ríos y fronteras, los litorales. En este tramo de la gira disfrutamos más que nunca, recorriendo el país luego de un voltio por los países más limítrofes donde sentimos cosas buenas en el escenario. Nos reciben genial en todas partes, pero América del Sur es muy agradecido y traen ilusiones intactas, somos una banda que se estrena con esta actual formación y todos está disfrutando mucho.
Armamos una gira argentina incompleta pero muy buena. Recorrer el país haciendo recitales es especial y lo que hago hace muchos años. Después de años de batallas estamos en una categoría que trasciende la indiferencia y el olvido con alevosía. A todo esto, contaba mi padre que conoció a Juanele…
CR / El show de Concordia te trae en un punto altísimo de la gira, luego de visitar toda España, México, Chile y gran parte de Argentina, al filo de los Movistar Arena de Buenos Aires… ¿Cómo está esa banda de forajidos que te acompaña sobre el escenario? ¿Cómo fue la elección de los artistas para encuadrar la sonoridad de esta Agenda 1999 Tour?
AC / Casi todos repetimos juntos de giras anteriores, este año estrenamos algunos compañeros de lujo en el sonido “afuera”, en la guitarra y la batería. Estamos todos encantados con el talento, la disposición y la convivencia de estos nuevos ases, nos inspiran y somos un mejor equipo. Brian es un gran guitarrista y se come el escenario, Andrés es un baterista virtuoso y comprometido, y el sonido (para el público) es de importancia crucial y creativa, lo es todo. Por como responden las audiencias los tres lo están haciendo mejor que bien, son los mejores.
Llevamos muy bien la convivencia en la gira, compartimos muchos meses y esperamos seguir todos juntos por más temporadas.
CR /¿Cómo recordás aquellos años de las grabaciones originales sobre las que orbita esta gira actual? ¿Pensabas en ese tiempo que casi 3 décadas después aquel animal indómito que es este corpus de sonoridades seguiría vigente?
AC / No estábamos pensando en un disco trascendente, ni siquiera era una grabación programada como tal. Estaba “resignado” a grabar música secreta, dispuesto a que nadie escuche estas canciones y grabaciones. Luego deje de tocar en vivo entonces no tenía la reacción de una audiencia. La grabación en si misma fue una “grabación imposible” en aquella época, no existían equipos para grabar en casa como ahora, pensar en grabar tantos meses era una tarea “suicida”… Una versión exagerada de la libertad, que inmediatamente se expande y consagra con El Salmón, un anti-disco complicado de abarcar en su magnitud sónica y poética, la catedral de mi discografía.
CR / En un reflejo implícito casi del Zelig de Woody Allen, venís de grabar un dueto memorable con Dillom en su último disco, así como antes grabaste con gitanos de bulerías, tangueros de la raíz más pura o compañeros del rocanrol, por repasar un espectro amplísimo de colaboraciones ¿Cómo te llevás con el panorama de los nuevos artistas urbanos más allá del citado Dillom? ¿Y con qué artista pendiente te gustaría grabar o tocar si fuera una elección personal, sin importar el género musical?
AC / No soy un virtuoso, pero soy versátil, aprendí a escuchar y apreciar distintas músicas, artistas y cantores. Al principio me llamaban para tocar o grabar instrumentos, incluso dirigir grabaciones, ahora casi siempre me invitan a cantar. Todo un cumplido. No sé en qué momento dejé de ser músico para “ser” cantor o artista popular, le soy sincero… No estaba en mis planes o no tenía planes casi.
La comparación con Zelig me gusta, pero no consiste en un cumplido per se, me hubiera gustado especializarme en un género o estilo, pero somos lo que somos. Estoy muy lejos de Cafrune o Ricardo Iorio.
Tengo pendientes algunas grabaciones en marcha que me van a exigir cantarlas bien, con sentido y sensibilidad.