Tras la fuerte desaceleración de la inflación, el INDEC explicó las razones por las que el IPC no refleja los aumentos de los consumos personales y lanzó una herramienta interactiva para medir el aumento de precios de los hogares.
Ante la fuerte desaceleración de la inflación, que lleva a muchos consumidores a preguntarse por qué el Índice de Precios al Consumidor (IPC) no refleja las subas de consumos personales, el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) explicó, a través de uno hilo en X, las razones por las que ocurren diferencias entre los datos oficiales y los que percibe el público. Además, puso a disposición una herramienta para que cada consumidor mida su propia canasta.
«‘¿Por qué el índice de precios al consumidor no refleja los aumentos de precios de mis consumos?’, solemos escuchar», señaló el Instituto en un hilo de X (exTwitter) y explicó que «se utiliza el IPC como sinónimo de lo que cuesta vivir, pero los gastos de las familias pueden variar con el tiempo».
En ese sentido, el organismo precisa que el costo de vida contiene «elementos subjetivos» la adaptación de la canasta personal de gastos que hace cada consumidor para «satisfacer sus necesidades y mantener cierto nivel de bienestar».
«El IPC mide las variaciones de precios de una canasta de bienes y servicios que no se modifica en función de decisiones subjetivas. Y que considera el gasto en consumo de todos los hogares a lo largo de un año, según releva a través de una encuesta especial», argumentó el INDEC.
A su vez, sostuvieron que no se calcula el costo de vida porque no existen posibilidades prácticas de conocer en forma inmediata y permanente las cantidades consumidas, los precios y los gustos y posibilidades de los consumidores.
«Sería raro que la canasta de un hogar particular coincida con la de IPC. Hay hogares con distinta cantidad de integrantes, con diferentes edades y particularidades de consumo. Por ejemplo quienes salen a trabajar gastan más en transporte; quienes alquilan destinan más al alquiler», adujo.
Asimismo, se destacaron los cambios de consumos de acuerdo a la época del año. En invierno se genera un mayor gasto de calefacción en la vivienda, mientras que en verano se destina mayor porcentaje en viajes y recreación.
«Por último, el impacto de las variaciones de precios no es igual en cada región. Por ejemplo, una eventual suba de la tarifa del subte solo incide en la región donde funciona ese medio de transporte y no afecta la canasta del resto», cerraron.
Y pusieron una herramienta interactiva para poder calcular el aumento de los bienes y servicios que consume cada hogar con base en los precios relevados por el Instituto.