Los concordienses Mía Yaya y Federico Carbonara Laurente integran el equipo de Argentina que estará presente en el XXIII Campeonato Latinoamericano que se disputará del 1 al 6 de noviembre el Iberostar Golf Club de Punta Cana, en República Dominicana.
Representantes nacionales
Los clasificados por Argentina, tras el torneo disputado en Las Praderas, Luján, fueron Sebastián Pugawko, el mejor amateur de la Argentina en la actualidad; la joven Mía Yaya, ganadora de la categoría de 10 a 12 7 de hándicap; el mencionado Federico Carbonara Laurente, en la categoría de 17 a 24; y Viviana Laurente, de la categoría de 0 a 9.
Lo de Mía es excepcional. Con sólo 12 años se convirtió en la de más joven edad en representar al país en un certamen latinoamericano como el que se disputará en la cancha dominicana que integra el circuito el PGA, el circuito de golf profesional más importante de Estados Unidos.
“Empecé por mi hermano Iñaki, a los 8 años. Después, para el Torneo Latinoamerino, no esperaba quedar primera. Fueron 3 días de actividades, el primero de práctica y 2 días de juego. El primer día iba cuarta, los primeros me llevaban un golpe y el segundo día empecé a jugar mucho mejor y quedé primera”, recordó en su charla con “3200, el código del deporte” (que se emite los sábados de 19 a 21 por FM 88.9 Oíd Mortales Radio).
La joven está preparada para su primera competencia en el exterior. “Yo he estado compitiendo en nacionales, provinciales y es la primera vez que salgo del país a competir”, dijo la hermana de Iñaki Yaya, de 14 años, que también competirá pero como participando individual.
Para Federico Carbonara la vivencia es otra, pero la experiencia de competir internacionalmente también será la primera. “En otro deporte ya he participado fuera del país pero en este sí es la primera vez que salgo de Argentina”, destacó y mencionó que, en sus inicios, lo que lo sedujo fue el futgolf.
“Yo comienzo a jugar futgolf con un amigo de Paraná. Jugaba afuera: Villaguay, Victoria, Paraná y una vez se hizo el torneo en Concordia, en el cual quedaron los hoyos hechos y ahí empezamos a negociar con el que hoy es presidente del Club, Juan Pablo Fournier. Ahí empezamos con él dándome calce, por así decirlo, para poder fomentarlo”, recordó sobre cómo promovió el futbolf en el Concordia Golf Cluf.
“Éramos los mismos jugando a ese deporte, hasta que la cancha quedó armada y empezamos a meter torneos como uno con 120 jugadores de afuera de Concordia. Empezó a gustar y ahora son unas 40 a 50 personas jugando dentro de la cancha, respetando los códigos del golf, la vestimenta, el comportamiento, cuidar las instalaciones sin pisar los greenes”, destacó y agregó: “todo lo que nos piden tratamos de cumplirlo al 100% por una cuestión de convivencia”.
Así empezó a insertarse en el mundo del golf. “Yo estaba jugando al futgolf y un día Pato Sauré, que juega muy bien acá en Concordia, me prestó los palos para que tire vestido de futgolf. Así comencé. Después me compré los palos, empecé a tomar clases con el profesor que estaba en Concordia, hasta que empecé a competir que es lo que me gusta”.
El deporte, la escuela y el trabajo
Mía está en el primer año de la Escuela Secundario D°144 «Saint Exupery» de Concordia. Además, entrena el deporte que tanto le apasiona. “Yo primero entrenaba todos los días pero ahora, con los horarios de la escuela, tuve que empezar a entrenar 3 días: lunes, miércoles y viernes. Los sábados, son los días de torneos internos que se hacen en el club. Jugamos todos en contra, contra la cancha, y competimos sin premio ni nada. Es un torneito interno”, definió.
-¿Tus compañeros toman dimensión de que vas a jugar fuera del país? ¿Qué dicen en el colegio?
-Ellos están re felices. Siempre me felicitan a mí y me dicen: llevenmé y yo también los quiero mucho a ellos, le mando un saludo y estoy muy agradecida porque siempre me acompañan con la escuela, algunos con el deporte, así que les quiero decir muchas gracias.
Y la más pequeña de los argentinos que irá Punta Cana cerró ese tramo de la entrevista destacando la importancia de seguir estudiando: “primero yo voy a la escuela y después voy a entrenar”, indicó en orden de prioridades.
Federico, por su parte, está en otra etapa de su vida: la laboral. Y eso no le impide entrenar. “En mi caso que trabajo de mañana y de tarde, yo termino de comer, sacrifiqué la siesta de mi vida por completo así que voy desde las 13 hasta las 16 y nos necesitás de nadie para jugar”, destacó y dijo que “un día no querés jugar con la cancha y vas y tirás pelotas en el driving. Y si hay alguien ahí, tirás un par de hoyos. El tiempo te da para hacer 9 hoyos y te vas a laburar”.
Competir y compartir
Pero hay un día excepcional para él y es la que define como “la timba de los lunes”. “Tengo un grupo que es el de los chicos de los lunes, que son lo que antiguamente eran caddies. Hay almaceneros, remiseros y jugamos los lunes. Tengo un fundamento para ir al club que es el compartir con amigos nuevos que me ha dado la vida, jugando al golf”, destacó.
Competir y compartir, son los dos valores que lo motivan especialmente a Carbonara. “En lo personal soy bastante eléctrico en mi vida cotidiana, así que el golf es un deporte que me baja los decibeles. Si vas con los decibeles altos no podés jugar. Otra cualidad es que me hice de compañeros nuevos porque, generalmente, tenemos un prejuicio que tal vez yo también lo tenía sobre que el golf es de ricos y cosas así”, enseñó.
Y profundizó el concepto: “lo mismo que digo siempre: hay un prejuicio que lo perdés cuando entrás al club. Te das cuenta que no hace falta tener millones de dólares para jugar al golf. Con muy poco se puede jugar”, destacó.
También habló del deseo de superarse en competencia que lo motiva desde que empezó. “A mí personalmente la competencia me motiva. Y la que está acá al lado es peor. La competencia contra uno mismo es lo que te hace volver y mejorarlo. Eso es lo que creo que te atrapa del deporte. O sea, vos decís: no le puedo pegar así y vas de nuevo a intentar mejorarlo”, contó.
A modo de ejemplo contó de destacados atletas que, estando en permanente presión por obtener resultados, se volcaron al golf. “Batistuta que tiene handicap 7, Tévez juega con handicap 9, Gallardo también suele jugar”, mencionó y siguió: “Michael Jordan es el más timbero de la historia del mundo del golf, juega todos los días. Gareth Bale, jugador del Real Madrid, en una reciente entrevista dijo que si por él fuera dejaba el fútbol y se dedicaba al golf”.
El apoyo
“La familia, algunos amigos nuestros del club que siempre nos acompañan, también les quiero agradecer mucho”, destacó Mía al ser consultada por los que están atrás dándole apoyo constante.
Ahí fue cuando miró hacia un costado, donde estaban sus padres, y dijo: “El apoyo es re importante porque, siempre que vamos a algún lado, ellos me acompañan. A veces me ayudan en los días de práctica y, si no estoy jugando, me hacen alguna corrección y ya le puedo pegar mejor”.
“La familia siempre está para apoyar en todos los deportes que hice. A mi viejo y me vieja les agradezco que, si jugábamos al básquet, se levantaban a las 4 de la mañana para llevarnos al Ferro para poder ir a jugar afuera en pleno frío”, recordó a su turno Carbonara.
También dijo que “ahora de grande también ayudan: “che ma, prestame el auto”, porque yo tengo camioneta de dos asientos. “Prestame el auto que somos 5”, y yo le dejo la camioneta. Mi familia es indispensable y el grupo de los lunes siempre apoyándonos. Saludos al Topo, César, José y todos los chicos del lunes”, ponderó.
Por último, la charla derivó en una anécdota de la competencia en donde consiguieron la clasificación a República Dominicana. Primero, Mía admitió que es altamente competitiva. “Cuando yo empecé a jugar ya dije que le quería ganar a todos. Y de ahí empezó mi competitividad”, definió entre risas.
“Es así tal cual”, confirmó Federico que recordó que en el torneo de Luján “el primer día, por sorteo, jugué con un chico de la categoría de ella y justamente iba primero. Yo le dije: ¿che, vos mañana jugás con Mía? Sí, me respondió. ¿Te puedo decir algo? Sí. “Te va a romper…”, disparó entre risas y completó: “al otro día, cuando terminó el torneo, se acerca y me dijo que creo que duró 10 hoyos y no había forma de alcanzarla a Mía”.