La industria de alimentos y bebidas emitió un comunicado que trata de «inviable» el acuerdo impulsado por el Gobierno y aseguran que podría afectar el abastecimiento.
La Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios (Copal) emitió este miércoles un comunicado en el que rechazó el acuerdo de precios impulsado por el Gobierno y advirtió que se trata de una propuesta «inviable» que podría generar retrasos en la producción y afectar el abastecimiento.
La Copal, que representa a 34 sectores dentro de un entramado que alcanza a 14.500 empresas, remarcó que entiende que «la dinámica de control de precios impuesta en la última semana por la Secretaría de Comercio Interior de la Nación, no es posible ni sostenible si no se da lugar al entendimiento y al diálogo intersectorial».
Y agregó: «A pesar de que la Industria de Alimentos y Bebidas ha demostrado siempre un firme compromiso al participar en distintos programas de gobierno y acuerdos voluntarios, tales como Precios Cuidados y ahora Precios Justos, la renovación del programa bajo las condiciones pretendidas y sin mediar un espacio de intercambio no es viable».
En esta línea, las empresas alimenticias denuncian que la nueva etapa de Precios Justos, que plantea aumentos mensuales de valores de solo el 5%, no fue acordada mediante el diálogo, sino que se trata de una imposición del Gobierno.
«Sobre la base de una serie de convocatorias en lo individual a un conjunto de empresas del sector, el Gobierno ha anunciado un nuevo esquema de pautas de precios que las empresas han debido acatar para continuar abasteciendo, pero que de ninguna manera funciona sobre bases firmes, menos aún sobre los principios de un acuerdo voluntario», afirmó la Copal.
Asimismo, según publicó Noticias Argentinas, los industriales denunciaron que el Gobierno pretende que las empresas absorban el impacto creciente de la devaluación, e indicaron que eso es negar el marco de desequilibrios de costos y precios que afecta al sector.
«Sólo en las últimas 3 semanas, los principales costos de producción han aumentado en promedio entre un 15% y 30%, frente al 5% de incremento de precios propuesto. También se proyectan paritarias por encima del 140%. Evidentemente, la política distorsiva en materia inflacionaria vuelve a generar presión sobre la industria de alimentos y bebidas», explicó la Copal en su comunicado.
Por otra parte, la cámara empresaria reclamó también por las restricciones a las importaciones, que sufren un cepo que dificulta el acceso a insumos para la producción.
«En un contexto de total incertidumbre para operar, el sector enfrenta dificultades de distinta índole. Se registran restricciones para el acceso y disponibilidad de materias primas, insumos, bienes intermedios y bienes finales al no efectivizarse la aprobación y debido curso de las SIRAS y SIRASEs. Se suman los descalces financieros y la deuda comercial fruto de los extensos plazos asignados para el acceso a divisas y pago de importaciones. Todo esto pone en jaque las relaciones no solo comerciales, también las que se asocian en primer lugar a la producción», señaló, y agregó: «A su vez, a raíz de la devaluación que llevó el dólar oficial mayorista a $350, los sectores exportadores adheridos al Programa Incremento Exportador han dejado de acceder al tipo de cambio diferencial que se otorgaba ya que ha quedado desactualizado el esquema».
Por último, la Copal reclamó un «espacio de diálogo efectivo» que permita acordar mecanismos que otorguen certidumbre para los sectores productivos.
«Desde Copal instamos al diálogo intersectorial, esperando se dé conforme al entendimiento del gran impacto que se registra en costos y prospere a un escenario razonable, teniendo en cuenta que se trata de un pilar esencial de la economía», concluyó el comunicado de los empresarios.