Hay oficios que requieren vocación. Y después está los osados que se diploman según lo desprevenido del cliente. En este caso el presunto «chapista», cuya vocación real, al parecer, era el turismo no declarado. Un vecino de la localidad de Federación dejó en manos de un chajariense una combi para reparar, y el hombre entendió “disfrútelo nomás, es todo suyo”.
Con la soltura de quien jamás conoció la palabra “límite”, el sujeto emprendió viaje en la combi Mercedes Benz Sprinter color blanco rumbo a las playas a unos 20 kms al Este de la Comarca del Chajá, como si la orden de trabajo incluyera bronceado (aunque llovía), hidratación etílica y un paseo panorámico a costa del propietario.
El retorno vino condimentado por el clásico «efecto 14», numeral homónimo de la Ruta nacional, aunque el hecho ocurrió en Ruta Prov. Nº2 a unos pocos kilómetros de Chajari. Esa condición no apta para la conducción tan telúrica en la región que hace que el volante se convierta en decoración y el conductor en espectador de su propio desastre.
Ahí nomás, en plena banquina, la combi ejecutó un vuelco digno de premiación internacional, dejando como saldo un único milagro: ninguna lesión física… salvo para la credibilidad profesional del turista del taller.
Al ser consultado por ocasionales conductores que pasaban por el siniestro vial, el presunto chapista habría asegurado que estaba “testeando el rendimiento”, sin especificar si hablaba del tema vehicular o botellar.
Hoy el dueño de la combi estaría evaluando los daños, entre ellos uno irreparable: descubrir que, en la Comarca del Chajá, cuando dejas tu vehículo para arreglar, la verdadera reparación empieza recién cuando lo vas a buscar.
Porque con algunos corajudos, el único seguro que funciona es la suerte… vos velo
imagen gentileza A.R. Lector La Fusta por Marcelo Brignardello RX LA FUSTA







