A solo cinco días del final, el valor seguía latiendo en cada trinchera.
En medio del frío, el barro y el fuego enemigo, nuestros soldados resistían.
Sin descanso. Sin rendirse.
Porque aunque todo parecía perdido, ellos seguían luchando por nosotros.
No es solo una fecha.
Es el recuerdo de jóvenes que no dudaron.
Es la historia de una entrega silenciosa,
de una patria que no se rinde ni olvida.
Desde la Fundación Héroes de la Patria,
honramos ese coraje que no figura en los libros, pero vive en la memoria.
A los que dieron todo en los últimos días.
A los que aún nos enseñan el verdadero significado de la palabra “honor”… Gracias