El Pingo fue un buque paletero de pasajeros de gran porte, que tiene valor histórico, ya que es el único buque de este tipo que queda en la Argentina.
Según Mauro Alves da Silva de Salto, Uruguay, El Pingo fue traído por Saturnino Ribes para «Mensajerías Fluviales a Vapor « desde Inglaterra, que le hacía la competencia a la «Nueva Compañía Salteña de Navegación a Vapor». Por 1888 lo compra «La Platense» y posteriormente es adquirido por el Club de Pesca de Concordia (CPC) a la empresa Mihanovich en octubre de 1929 por gestiones de Edeño García quien formaba parte de la institución de pesca fundada el 10 de Marzo de ese año. (Información dada por el Ing. Juan José Morand de Concordia) según consta en el blog del Club Pesca.
El Pingo, era un barco de pasajeros de la empresa Mihanovich, «Cia. Argentina de Navegación que tenia servicios de vapores de pasajeros y cargas que hacían la travesía desde esta ciudad a Buenos Aires con lujosos y rápidos vapores, empleando (en esa época) 22 horas en el viaje, haciendo escalas en todos los pueblos del litoral» Construido en 1879 por el astillero Aitken & Mansell en Whiteinch, Glasgow, siguió en servicio según Alistair Deayton hasta 1927, fecha que concuerda con el cambio de nombre de CORUMBA de 1906 a PINGO, un año más tarde.
«Cuando la embarcación cumplió su ciclo la empresa Mihanovich lo dono al Club de Pesca que lo fondeó en el lugar de donde lo trasladamos porque hasta ese momento la sede del club era el barco sobre el Río Uruguay. Estuvo muchos años amarrado hasta que Prefectura notificó al Club que debía sacarlo porque la estructura ya no iba a aguantar más estando sobre el agua. En ese momento el Jefe de Telegrafistas del Ferrocarril, que era miembro del Club nos convoco a los socios para realizar la tarea. Nos habíamos anotado 20 y al final solo fuimos 6 (todos telegrafistas) aprovechando una creciente grande de 14 metros que hubo y que nos dio capacidad de maniobra. Ese día fuimos Arsenio Romero, Pedro Perez, Molina, Yeri, Tavella y yo, Pedro Urquiza. Yeri y Tavella manejaban la lancha Isabelita que lo remolco. Y los cuatro restantes quedamos arriba del barco para levantar el ancla.
El barco estaba amarrado río arriba y con mucho cuidado lo fuimos trasladando de a poco para el lado de la costa, para que no lo lleve la correntada. Lo hicimos con la ayuda de la lancha Isabelita (una lancha que era propiedad del club) que lo introdujo por un arroyo (una especie de sangrador) que había cerca del Manzores hasta llevarlo al lugar donde quedo emplazado al tocar tierra. Donde lo vemos ahora. Eso fue a principios de la década del 50.
«La creciente del 59 lo arruino casi de manera completa»
Una vez amarrado, El Pingo, se convirtió en la pintoresca sede del Club. «Recuerdo que en la parte de arriba estaban ubicados los camarotes que se alquilaban a los socios. Y en la punta funcionaba un salón que estaba lleno de trofeos y era lugar de reunión social. Con la devastadora creciente de 1959 este espacio se arruino todo, quedo completamente desmantelado. Y hubo que empezar de nuevo. Fue así que con mucho esfuerzo los socios del club lo recuperaron, rescatándolo una vez mas como elemento característico del club.