Martha Argerich pasó de ser una niña prodigio en su infancia, a una de las pianista más destacadas del mundo, en su adultez. Te contamos su historia.
Martha Argerich (Buenos Aires, 1941) es una de las más importantes pianistas de la posguerra. Dueña de un estilo impetuoso y singular, en sus conciertos individuales son especialmente reconocidas las interpretaciones de Frederic Chopin, Johannes Brahms, Maurice Ravel y Serguéi Prokófiev más notables románticos del siglo XIX y modernistas de principios del XX.
«Marthita tocó resfriada, y en cada silencio o lugar que la partitura le permitía, aprovechaba para limpiarse la nariz, pasándose la mano, como cualquier chico… todos compartieron la sensación de reconocer en ella un impulso instintivo, milagroso», recuerda la crítica musical Cecilia Scalisi aquel mítico concierto de Argerich en 1949 en el Teatro Astral porteño. Para ese momento, mientras estudiaba con Vincenzo Scaramuzza, ya era una veterana en actuaciones deslumbrantes que arrancaron cuando a los dos años regresó del jardín de infantes y tocó en el piano familiar «London Bridge is falling down» Cuando en la década del cincuenta se perfecciona con Friedrich Gulda su carrera inicia un meteórico ascenso hasta la consagración en Hamburgo, París y las principales ciudades europeas y americanas. Martha Argerich ha grabado para EMI, Sony, Philips, Teldec, DGG y obtuvo tres veces el premio Grammy.
En las últimas décadas prefiere orientar sus presentaciones a la música de cámara, muchas de ellas con el argentino Daniel Barenboim, y la guía musical de jóvenes intérpretes. Desde 1998 es la Directora Artística del Festival Beppu en Japón; en 1999 creó el Concurso Internacional de Piano y el Festival Martha Argerich en Buenos Aires y, en junio de 2002, el Progetto Martha Argerich en Lugano.
«Nocturna, patológicamente tímida e increíblemente audaz, Argerich consiguió el milagro de crecer sin dejar de ser niña», resulta una acertada definición de la enorme pianista argentina de todos los tiempos.
Dice Martha Argerich
«¿Si me siento argentina? Sí, por supuesto, pero en esta vida uno pertenece un poco a todos los lugares. Ahora estoy leyendo a –Julio- Cortázar, y me encanta. Pero quizá también tenga algo de española. Me encanta el flamenco ¿El jazz? También; Miles Davis, muchísimo, Gerry Mulligan, Ella Fitzgerald, Thelonious Monk», entrevista para el diario La Nación, 1969.
Dicen de Martha Argerich
«Dotada de todas las cualidades necesarias de un verdadero artista: inspiración, conocimiento profundo, reflexión, fuerza expresiva, medios de transmisión, poder de comunicación, representa la máxima ambición del pianista. Y así lo determinó el jurado de los concurso internacionales Ferruccio Busoni, en Bolzano; el de Ginebra (1957), y el Séptimo Concurso Internacional Chopin, de Varsovia», María Rosa Oubiña, en contratapa en long play Recital Martha Argerich. Deutsche Grammophon Gesellschaft, 1965.