El problema principal está en las dietas milagrosas para nada sanas e imposibles de sostener, llevadas a cabo con tal de ver que el número baje en la balanza, de manera rápida, casi instantánea a costa de perder músculo o por pérdida de líquido que rápidamente podemos recuperar. El dejar de comer, padecer las dietas no es bueno, porque no lo sostenemos en el tiempo, fracasamos y nos sentimos que el objetivo planteado no se cumple: perder peso.
A veces esa pérdida o subida de peso se da por razones que tienen que ver con el formato de cómo nos medimos, es decir, a qué hora, con qué ropa, habiendo o no comido o bebido algo o habiendo ido al baño o no ese día. Muchas veces nos obsesionamos con cuánto pesamos, nos quedamos sólo con ese número que nos indica la balanza y no tenemos en cuenta de qué está compuesto ese peso. Como seres humanos que somos, normalmente nuestro cuerpo está compuesto por agua (50-65 %), masa muscular (40%), huesos (entre el 14 a 18 %) y la masa grasa o tejido adiposo (20%); todo esto “pesamos” en la balanza, pero el número de dos o tres cifras no nos dice cuánto hay de cada compartimento, lo vemos y nos angustiamos.
Si en vez de eso, ¿cambiamos de objetivo? ¿Si nos proponemos cambiar nuestra composición corporal? Aumentando masa muscular y disminuyendo masa grasa, ¿de manera real y saludable? Muchas veces solemos encontrar cuerpos que estéticamente son totalmente distintos y pesan lo mismo. Esto se debe a la composición corporal de los mismos, es decir los porcentajes de grasa, hueso, agua y músculo en el cuerpo humano y es más, como esta este porcentaje de grasa, como está distribuida esta grasa en el cuerpo; todo esto se relaciona directamente sobre índices de salud en Enfermedades Crónicas no Transmisibles como la Diabetes, Enfermedades cardiovasculares.
La composición corporal, se puede medir por dos métodos, siempre bajo la mirada de un profesional de la nutrición matriculado, repito, solo un Licenciado en Nutrición matriculado por el colegio puede evaluar tu composición corporal, se realiza por Bioimpedancia, a través de balanzas que tienen la capacidad de medir la conductividad eléctrica del cuerpo e indirectamente calcular cada componente corporal o por medio de Antropometría ISAK, la cual no solo mide el peso y la talla sino también cuatro aspectos generales, que proporcionan indicios del estado de los tejidos: Pliegues: indicador de la grasa corporal subcutánea. Perímetros: indicador de la masa muscular y grasa abdominal. Diámetros: indicador de la estructura ósea. Longitudes: indicador de la estructura ósea.
Busquemos nuestra mejor versión, nuestra mejor composición corporal, acompañado de profesionales de la salud, no nos veamos envueltos en medio de planes con pastillas, polvos en frascos que nada nos ayuda vendidos por personas que no son profesionales. Al final cuidemos sanamente y amemos nuestro cuerpo, es quien nos acompaña en esta vida.