La nueva variante de coronavirus no recibió su nombre del alfabeto griego como las demás. Por qué fue bautizada con esas siglas y qué se sabe de esta cepa originada en Francia.
Justo cuando el mundo comenzaba a abrirse paso una nueva normalidad, la llegada de la variante ómicron rompió la paz de las fiestas de fin de año y obligó a más de una nación a retroceder en su apertura. Mientras los números de contagiados vuelven a subir, una nueva variante del coronavirus -la cepa IHU– asomó su cabeza en el viejo continente.
La cepa B.1.640.2, inicialmente denominada variante IHU, apareció en Francia en los últimos días del 2021, y tiene a científicos y líderes alerta. Mientras la Organización Mundial de la Salud (OMS) aún no la etiquetó como una «variante de preocupación», los expertos estudian la nueva cepa para asegurarse de que no empujará al mundo nuevamente al encierro y las largas cuarentenas.
¿Por qué la variante se llama IHU?
A diferencia de las variantes del Covid-19 más conocidas, como delta, beta y ómicron, la nueva cepa detectada en Europa no sacó su nombre del alfabeto griego. En cambio, la variante recibió su denominación de las siglas del Instituto Hospitalario Universitario (IHU) de Marsella, la institución que se atribuyó su descubrimiento.
La nueva variante identificada por los investigadores franceses se derivó de otra cuyos primeros casos se habían detectado en la República del Congo en septiembre pasado y en Camerún, África
El instituto comunicó el hallazgo el 9 de diciembre en su cuenta de Twitter, bajo su nombre provisional. Si la OMS decide etiquetarlo como una «variante de preocupación», se le dará un nombre griego, probablemente Pi, ya que es la siguiente letra del alfabeto después de ómicron.
¿Funcionan las vacunas contra la variante IHU?
El primer caso de IHU se relacionó con alguien que hizo un viaje de tres días recientemente a Camerún, África occidental. El paciente cero, según informó el instituto, tenía el cuadro de inmunización completo con las dosis de la vacuna contra el coronavirus. Esto llevó a expertos a cuestionar si la nueva variante es más resistente a la inmunización que las demás cepas.
Uno de los descubrimientos publicados por el instituto de Marsella fue el llamativo número de mutaciones que registró la variante IHU: 46 mutaciones, más que la variante ómicron. Además, cuenta con 37 deleciones que dieron como resultado 30 sustituciones de aminoácidos y 12 deleciones. Los investigadores teorizaron que el número de mutaciones podría hacerla más resistente a las vacunas que se administran actualmente.
Sin embargo, los investigadores remarcaron que, en cuento a síntomas, es «demasiado pronto para especular sobre las características virológicas, epidemiológicas o clínicas de esta variante de IHU». En el estudio, que aún no fue revisado por pares, agregaron: «En general, estas observaciones muestran una vez más la imprevisibilidad de la aparición de nuevas variantes del SARS-CoV-2 y su introducción desde el extranjero, y ejemplifican la dificultad de controlar dicha introducción y posterior propagación».
El epidemiólogo estadounidense y miembro principal de la Federación de Científicos Estadounidenses, Eric Feigl-Ding, señaló: «Se descubren decenas de nuevas variantes todo el tiempo, pero eso no significa necesariamente que serán más peligrosas. Queda por ver en qué categoría caerá esta nueva variante».