Es lamentable, para mí y para mi equipo, recibir acusaciones infundadas que faltan a la verdad. Respondo por un único motivo: el respeto que les debo a quienes trabajan. Y lo hago sin demagogias. Porque es mi deber para con los concordienses aclarar cuáles fueron mis decisiones y por qué las tomé.
Durante años el mal servicio de la Línea 9 perjudicó a miles de ciudadanos. Es muy llamativo que entonces no se le escuchó decir ni una sola palabra al respecto. Ni una sola expresión en defensa de los miles de usuarios ni sobre las condiciones de los trabajadores en esos momentos.
Ésta gestión municipal decide con firmeza realizar todo lo correspondiente dentro del marco de la Ley para que se brinde un servicio digno. Siempre ajustándose a derecho y respetando todos los procedimientos.
Cuando la anterior empresa abandonó el servicio, contaba con una plantilla activa de 13 trabajadores con meses de sueldos adeudados. Hoy, las empresas que se hicieron cargo del nuevo servicio de la Línea 9 incorporaron a 15 trabajadores de la anterior empresa, y mejoraron notablemente la calidad del servicio, algo que los propios usuarios destacan y agradecen.
La medida se instrumentó para solucionar un problema de años, y contó con el respaldo unánime de todo el Concejo Deliberante, fue aprobado por los diferentes organismos provinciales y nacionales, y acompañado por la Cámara del Transporte.
Esta decisión fue tomada para beneficiar a los cientos de trabajadores, estudiantes y ciudadanos que a diario utilizan el servicio.
Tenemos la responsabilidad y la obligación de profundizar la democracia y garantizar la transparencia en las Instituciones. Estoy en contra de cualquier manejo autoritario o caprichoso de la administración pública. El autoritarismo y el favoritismo conllevan injusticias. Cualidades contrarias a la justicia social del peronismo.
Nadie puede prometer y comprometer los recursos públicos que son de todos los ciudadanos, queriendo usarlos a su antojo, vulnerando los derechos de todos. El pueblo quiere que se haga todo dentro de la Ley.
La sensatez debe primar en la conducta de todo dirigente político.
No quiero dirigirme de manera agraviante a quienes pusieron en duda mi intervención en este conflicto. Es importante escuchar el cansancio que sienten los concordienses ante la utilización mezquina e individualista de un problema social; ante la permanente búsqueda de provocar desunión para consolidarse en el caos. El tiempo de la demagogia y del prebendalismo se acabó. Es tiempo de actuar en consecuencia. No pienso que sea tarde. Creo que es ese el camino que se nos exige tomar y también que podemos estar a la altura de esa exigencia.
Quienes me conocen saben del valor de mi palabra. Lo que digo lo cumplo. No hago promesas vanas ni me expreso con demagogia.